Cuenta lo que Eres.
- ricardopinzon3128
- 8 jul 2015
- 2 Min. de lectura

Tu mensaje de vida incluye tu testimonio.
Tu testimonio es la historia de cómo Cristo marcó una diferencia en tu vida. Pedro nos dice que fuimos escogidos por Dios “para hacer su trabajo y hablar de Él, decirles a otros de la diferencia entre la noche y el día que Él hizo para ti”.
Esta es la esencia del testimonio; compartir tus experiencias personales con respecto al Señor. En una corte no se espera que el testigo discuta el caso, prueba la verdad o presione el veredicto; ese es el trabajo de los abogados. Los testigos simplemente relatan lo que les pasó o lo que vieron. Jesús dijo: “Serás mi testigo”; no dijo: “Serás mi abogado”.
Él quiere que compartas su historia con otros. Compartir tu testimonio es parte esencial de tu misión en la tierra, ya que es único. No hay otra historia como la tuya, sólo tú puedes compartirla. Si no hablas de ella, se habrá perdido para siempre. Puede que no seas un erudito en Biblia, sin embargo eres la autoridad en tu vida y es difícil argüir con una experiencia personal. En realidad, tu testimonio personal es más eficaz que un sermón, porque los no creyentes ven
a los pastores como vendedores profesionales; pero verte como un “cliente satisfecho”, les da más seguridad a ellos y más credibilidad a ti.
Las historias personales también son más fáciles de relatar que los principios, y a las personas les gusta oírlas. Captan nuestra atención y las recordamos por más tiempo.
Los no creyentes quizás pierdan el interés si citas a los teólogos más reconocidos, pero sienten una curiosidad natural acerca de las experiencias que ellos nunca han tenido. Compartir historias construye un puente relacional que Jesús puede cruzar, de tu corazón al de otros.
Otro valor que tiene el testimonio es que supera las defensas intelectuales. Muchas personas que no aceptan la autoridad de la Biblia escucharán una historia personal humilde. Pablo usó su testimonio en seis ocasiones diferentes para compartir el evangelio en vez de citar las escrituras.
La Biblia dice: “Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con gentileza y respeto”. La mejor manera de “estar listos” es escribiendo tu testimonio y memorizando los puntos principales. Divídelo en cuatro partes:
1. Cómo era mi vida antes de conocer a Jesús.
2. Cómo supe que necesitaba a Jesús.
3. Cómo rendí mi vida a Jesús.
4. La diferencia que Jesús ha hecho en mi vida.
Por supuesto, tienes muchos otros testimonios aparte de tu historia de salvación. Tienes una para cada experiencia en la que dios te ha ayudado. Debes hacer una lista de todos los problemas, circunstancias y crisis que Dios te ha permitido pasar. Sé una persona sensible y usa la historia con la que tu amigo no creyente se identifique mejor. Diferentes situaciones llaman a distintos testimonios.
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