top of page
Buscar

Nuestra búsqueda del Espíritu Santo.

  • Foto del escritor: ricardopinzon3128
    ricardopinzon3128
  • 7 ago 2017
  • 5 Min. de lectura


Nuestra búsqueda del Espíritu Santo.

Lucas 11:13 (PDT) Pues si ustedes, aun siendo malos, saben cómo darles cosas buenas a sus hijos, imagínense cuánto más dispuesto estará su Padre celestial a darles el Espíritu Santo a aquellos que le piden.


¿Cómo lo haces, cómo aterrizas el avión a pesar de no ver absolutamente nada? Esta fue la pregunta que Doug hizo a su padre, un experimentado piloto que trataba de explicar en qué consistía su trabajo. El pequeño no entendía cómo era posible pilotear la nave en los días oscuros o de tormenta, cuando ver lo que había al frente era imposible. No es tan complicado, hijo, solo tienes que haber estudiado muy bien el manual de vuelo y confiar plenamente en la voz del controlador, que te dirá lo que necesitas saber. Con las palabras del libro de instrucciones en tu mente y la voz del controlador a través de la radio, finalmente el piloto podrá volar y aterrizar su avión sin percances, en esos días tempestuosos en donde todo es sombrío. Si te has preguntado alguna vez si podrás llegar de forma segura al lugar que Dios tiene para ti, debes recordar que tú también has recibido un manual que debes estudiar y tener en tu mente. Con él y con la voz de Dios guiándote, puedes confiar en que aun a pesar de no ver nada, lo estás haciendo bien y podrás llegar a tu destino.


El Espíritu Santo es la voz de Dios que todos necesitamos para evitar el desastre y “volar” de manera segura. Muchos tardan en comprender la forma en que Dios los guía; no logran entender que la vida cristiana no se trata de seguir algunas normas, rituales o tradiciones; la realidad es muy distinta, se trata tener a Dios en nosotros, de escuchar su voz y experimentar su poder; si esto sucede, podremos dirigirnos hacia el propósito que Él preparó para cada uno. ¿Estás listo para escucharlo?


Transformados ¿Si te pidieran que pensaras en una persona que te hiciera sentir seguro, quién vendría a tu mente? Sin duda, pensarías en alguien fuerte que estuviera dispuesto siempre a protegerte. Creo que ese era el sentimiento que los discípulos tenían de Jesús, alguien que los protegía, los amaba y enseñaba el camino a Dios. Ahora, intenta pensar en cómo crees que los discípulos se sintieron al escuchar a Jesús decirles que iba a dejarlos. El tiempo junto a Él les había mostrado a Dios como nunca antes lo habían visto, pero un día comprendieron que él se marcharía.

¿Quién estaría con ellos? ¿Quién los protegería? ¿Quién les mostraría a Dios como lo había hecho Jesús? Debió ser algo aterrador, pero las palabras de Jesús eran alentadoras. “En realidad, a ustedes les conviene que me vaya. Porque si no me voy, el Espíritu que los ayudará y consolará no vendrá; en cambio, si me voy, yo lo enviaré” Juan 16:7 (TLA).


El plan no era abandonarlos; todo lo contrario, aunque Jesús no iba a estar con ellos, los discípulos podrían continuar disfrutando de una relación íntima con Dios, a través del Espíritu Santo. La promesa se hizo realidad: después de la resurrección de Jesús, él ascendió a los cielos y luego el Espíritu de Dios vino sobre aquellos que lo esperaban (Hechos 2:1-4). Este pequeño grupo de creyentes creció hasta convertirse en un grupo de miles de personas que daban testimonio de tener una nueva vida en torno a los intereses de Jesús (Hechos 2:40-47).


¿Qué sucedió en ellos? Los discípulos pasaron de tener un carácter tímido e inseguro a ser hombres valientes y llenos de convicción (Mateo 26:47-56; Hechos 4:1-22). Jesús les había prometido que cuando el Espíritu Santo viniera, serían llenos de poder (Hechos 1:8), así que su llegada dio inicio a una revolución en cada uno de ellos y en el mundo entero, porque el Espíritu Santo es quien consuela y convence de pecado (Juan 16:7-8); también es quien da esa seguridad interna de que ya somos hijos de Dios (Romanos 8:16).


Dentro de nosotros está ese testimonio que nos convierte en testigos verdaderos de Dios. En otras palabras, es el Espíritu Santo quien hizo posible que la vida de los discípulos fuera trasformada, y es quien hará posible que nuestras vidas sean nuevas, pues por medio de él “nacemos de nuevo” (de manera espiritual) (Juan 3:1-8; 2 Corintios 5:17) ¿Puedes confirmar hoy que estás viviendo esa experiencia transformadora? Lee 2 Corintios 3:18.



Objetivo del día. Nuestro objetivo en este punto de conexión es prepararnos para una búsqueda personal del Espíritu Santo, en los siguientes capítulos estudiaremos y pediremos la guía y transformación que solo la persona del Espíritu Santo puede hacer; este grupo debe ser una oportunidad para reflexionar y orar juntos, los anfitriones deben preparar un ambiente adecuado para tener el tiempo y la atención de los asistentes en un tiempo de oración y alabanza pidiendo y buscando la guía y la transformación del Espíritu Santo.

1. ¿Estás dispuesto a buscar y pedir la presencia y guía del Espíritu Santo en tu vida? [Meta del Anfitrión: Con esta pregunta se quiere proponer a los asistentes el tener un tiempo de oración y reflexión personal en el cual puedan pedir a Dios su presencia y gobierno en ellos].


2. Dedica un tiempo hoy para orar junto a las personas que están contigo pidiendo a Dios que te guie y transforme a través del Espíritu Santo. • Como anfitrión prepare este punto de conexión en oración, pida al padre que la presencia del Espíritu Santo sea manifiesta al corazón de todos los participantes.

o Tenga preparado un lugar en el cual puedan estar en calma y sin interrupciones; tal vez pueda preparar la forma de tener música que pueda servir para declarar juntos la búsqueda del Espíritu Santo en sus vidas. o No es necesario seguir un formato específico. Intente que sea algo natural, pídales a todos que participen orando de manera sencilla, no tienen que hacerlo si no quieren pero motívelos a decir unas cortas palabras. Jesús dijo acerca de la oración que no esperaba que fueran largas o complicadas para que fueran efectivas. o Usted como anfitrión con su compañero pueden tomar la iniciativa orando de forma sencilla al inicio y al final, oren, alaben y permitan que Dios los dirija y haga de este espacio algo espiritual y especial.


• Recuerde al grupo que las cosas especiales no tienen que ser místicas, en ocasiones creemos que haber lagrimas o gritos, gente perdiendo el conocimiento para experimentar el poder de Dios, pero en realidad nada de esto es determinante, lo que Dios busca son personas sinceras y arrepentidas que deseen ser transformadas por él.

o Dígale a los participantes que desean tener un tiempo especial, que van a orar juntos y que lo harán destinando parte del tiempo de la reunión. No trate de forzar la situación para que sea más “espiritual” solo se natural y sincero.  Tenga en cuenta el tiempo de los participantes, si la reunión tiene un tiempo establecido es bueno tratar de respetarlo, la idea es que todos puedan estar concentrados, si alguno debe salir antes de haber acabado manifieste que no hay ningún inconveniente.


Esta será una gran oportunidad para todos, disfrútela al máximo con un corazón sincero y sencillo y deje los resultados al Espíritu Santo.



 
 
 

Comments


Posts Recientes
bottom of page