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Fuiste Planeado para Agradar a Dios.

  • "Una vida con propósito. Rick Warren"
  • 21 jul 2015
  • 2 Min. de lectura

La adoración no es parte de tu vida, es tu vida.

La adoración no es sólo para el servicio religioso.

Se nos dice que debemos adorarlo continuamente y alabarlo “¡desde el amanecer hasta que el sol se

ponga!”. En la Biblia, la gente alababa a Dios en el trabajo, en el hogar, en las batallas, en la cárcel y

¡hasta en la cama! La alabanza debería ser la primera actividad de la mañana cuando despertamos y lo último que hacemos por la noche, antes de cerrar los ojos para descansar.8 David dijo: “Bendeciré al

Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán!”.

Cualquier actividad puede transformarse en un acto de adoración cuando la hacemos para alabar,

glorificar y complacer a dios. La Escritura afirma: “Ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra

cosa, háganlo todo para la gloria de Dios”. Martín Lutero declaró: “Una muchacha puede ordeñar vacas para la gloria de Dios”.

¿Cómo es posible hacer todo para la gloria de Dios?

Lo es si actuamos como si lo estuviéramos haciendo para Jesús, y conversando con Él mientras lo hacemos. La Biblia dice: “Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie de este mundo”.

Este es el secreto para una vida de adoración: Hacer todo como si lo hicieras para Jesús. Una

paráfrasis lo expresa así:

“Toma tu vida cotidiana, la vida de todos los días (tu descanso, tus comidas,

tu trabajo, y tus idas y venidas) ponlas como una ofrenda ante Dios”.

El trabajo se convierte en adoración cuando se lo dedicamos a Él y lo llevamos a cabo conscientes de su presencia. Cuando me enamoré de mi esposa, pensaba en ella todo el tiempo, cuando desayunaba, cuando conducía al colegio, cuando estaba en clase, cuando hacía fila para las compras, cuando cargaba combustible: ¡No podía dejar de pensar en ella! A menudo me hablaba a mí mismo de ella y pensaba en todas las cosas que me agradaban de ella. Eso me ayudó a sentirme muy cerca de Kay, aunque vivíamos alejado y asistíamos a dos centros de enseñanza distintos.Pensando constantemente en ella, permanecía en su amor: La verdadera adoración se trata justamente de eso: Enamorarse de Jesús.


 
 
 

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