Imitamos su Amor_ Pc
- ricardopinzon3128
- 18 feb 2016
- 8 Min. de lectura

Imitamos su Amor 1 Juan 4:7-10 (TLA) 7 Amados hijos míos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios, y conoce a Dios. 8 El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. 9 Dios nos dio muestras de su amor al enviar al mundo a Jesús, su único Hijo, para que por medio de él todos nosotros tengamos vida eterna. 10 El verdadero amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo, para que nosotros fuéramos perdonados por medio de su sacrificio. ‘ ¿Qué significa que Dios es amor? Primero veamos cómo la Biblia, La Palabra de Dios, describe “el amor” y después veremos algunos ejemplos que se aplican a Dios. “4 El amor es paciente y bondadoso. El amor no es envidioso. No es presumido ni orgulloso. 5 El amor no es descortés ni egoísta. No se enoja fácilmente. El amor no lleva cuenta de las ofensas. 6 No se alegra de la injusticia, sino de la verdad. 7 El amor acepta todo con paciencia. Siempre confía. Nunca pierde la esperanza. Todo lo soporta. 8 El amor no tiene fin.” (1 Corintios 13:4-8ª pdt)
El amor (Dios) no se impone a nadie. Aquellos que vienen a Él lo hacen en respuesta del llamamiento de Su amor. El amor (Dios) muestra bondad hacia todos. El amor (Jesús) ofreció el bien a todos, sin parcialidad. El amor (Jesús) nunca codició lo que otros tenían, viviendo una vida humilde sin quejarse. El amor (Jesús) nunca se jactó de quién era en la carne, aunque Él podía dominar fácilmente a cualquiera que entrara en contacto con Él. El amor (Dios) no espera la obediencia por obligación. Dios no demandaba obediencia de Su Hijo, sino más bien, Jesús obedecía gustosamente a Su Padre celestial. “Más para que el mundo conozca que amo al Padre y como el Padre me mandó, así hago.” (Juan 14:31). El amor (Jesús) estuvo y está siempre viendo por los intereses de otros.
Esta breve descripción del amor, revela una vida sin egoísmo, en contraste con la vida egoísta del hombre natural. Asombrosamente, Dios ha otorgado a aquellos que reciben a Su Hijo Jesucristo como su Salvador personal del pecado, la habilidad de amar como Él lo hace, a través del poder del Espíritu Santo (ver Juan 1:12; 1 Juan 3:1, 23, 24). ¡Qué privilegio y desafío tenemos!
¿Cómo puedo estar seguro que Dios me ama? Esta respuesta se puede resumir en la frase “el amor de Cristo,” esto se refiere al amor que Jesús tiene hacia la humanidad. Su amor puede ser descrito brevemente como Su consentimiento para actuar en nuestro mejor interés, especialmente en satisfacer nuestra mayor necesidad, a pesar de haberle costado todo, y aunque éramos totalmente indignos de tal amor.
Aunque Jesucristo, siendo Dios por naturaleza, existió desde el principio de los tiempos con Dios el Padre (Juan 1:1) y el Espíritu Santo, Él dejó voluntariamente Su trono (Juan 1:1-14) para hacerse hombre, y así poder pagar el castigo por nuestros pecados, para que no tuviéramos que pagarlo nosotros por toda la eternidad en el lago de fuego (Apocalipsis 20:11-15). Por tanto, el amor de Cristo es mostrado al haber dejado Su hogar en el cielo, donde era adorado y honrado como Él merece, para venir al mundo en forma de hombre, donde Él sería ridiculizado, traicionado, golpeado, y crucificado en una cruz para pagar el castigo por nuestro pecado, resucitando nuevamente de los muertos al tercer día. Él consideró nuestra necesidad de un Salvador de nuestro pecado y su castigo, como más importante que Su propia vida y comodidad (Filipenses 2:3-8).
Algunas veces la gente ofrece voluntariamente su vida por aquellos que consideran ser dignos de ello – un amigo, un familiar, otras personas “buenas” – pero el amor de Cristo va más allá de eso. El amor de Cristo se extiende hasta aquellos que son los más indignos. Él voluntariamente llevó el castigo de aquellos que lo torturaron, lo odiaron y se revelaron en Su contra, a quienes Él no les importaba, aquellos que eran los más indignos de Su amor (Romanos 5:6-8). ¡Él dio todo lo que podía dar por aquellos que menos lo merecían! Entonces, el sacrificio es la esencia del amor santo, llamado el amor ágape. Este es un amor como el de Dios, no un amor como el del hombre (Mateo 5:43-48).
Este amor que Él demostró por nosotros en la cruz es sólo el principio. Cuando ponemos nuestra confianza en Él como nuestro Salvador, ¡Él nos hace hijos de Dios, y co-herederos con Él! Él viene a morar dentro de nosotros a través de Su Espíritu Santo, prometiendo que nunca nos dejará ni nos desamparará (Hebreos 13:5-6). Por tanto, tenemos a un amado compañero de por vida. Y sin importar por lo que pasemos, Él está ahí, y Su amor está siempre disponible para nosotros (Romanos 8:35). Pero así como Él reina legítimamente como un Rey benevolente en el cielo, necesitamos darle la posición que Él merece también en nuestras vidas, la de Maestro y no solamente de compañero. Es solo entonces, cuando experimentaremos la vida que Él quiso que viviéramos en la llenura de Su amor (Juan 10:10b).
¿Cómo puedo imitar el amor de Cristo? Debo aprender a ver el dolor de otros así yo mismo este pasando dolor. Cuando imito el amor de Cristo debo poder ver a otras personas que están sufriendo, debo buscar a otras personas que están sufriendo, incluso cuando yo estoy sufriendo. No sólo ayudo a las personas cuando las cosas van muy bien en mi vida. Ayudo a otras personas cuando las cosas van mal en mi vida.
Jesús demostró su amor aun cuando las cosas no iban bien en su vida en muchos momentos. Aun en la Cruz durante sus últimos instantes y en medio de un dolor insoportable, aun en medio de la muerte. ¿Estando en la Cruz se enfocó solo en sí mismo? No. Él está viendo a su alrededor para ver si hay alguien que sufre. Ve un ladrón y comprende su dolor, Ve a su madre. Él ve su dolor. Ve a su mejor amigo, Juan El ve su dolor. Ve al mundo por el que está siendo castigado y ruega por su dolor.
Esto no es normal para nosotros. Por lo general, cuando estamos en dolor, somos muy egoístas. Cuando estamos en dolor no pensamos acerca de otros. Si estoy en el hospital y he tenido una cirugía y tengo dolores muy fuertes, o estoy vomitando, no digo; "Me pregunto lo que la iglesia está haciendo ahora mismo". Eso no es natural para el hombre. Nos metemos en una concha. Nos enfocamos en nosotros mismos. Somos bastante egocéntricos, cuando tenemos dolor.
Jesús incluso en su dolor insoportable, busca ayudar a otras personas. Eso es lo que significa amar como Jesús. ¿Qué nos dice la Biblia? Filipenses 2:5: “La actitud de ustedes debe de ser como la de Cristo Jesús.” En otras palabras, debemos de buscar a nuestro alrededor. Debemos de encontrar alguien que esté en peligro y ayudarlos, que, por cierto, es lo que hace que podamos salir de nuestro dolor. No debemos centrarnos en nuestros problemas, sino mirar a nuestro alrededor para ayudar a alguien más.
1 Pedro 4:1: “Ya que Cristo sufrió en el cuerpo, asuman también ustedes la misma actitud, porque el que ha sufrido en el cuerpo ha roto con el pecado”. Si queremos imitar el amor de Cristo no debemos centrarnos en nuestro propio dolor; debemos más bien utilizarlo. Dios puede usar el dolor para que crezcamos más cerca de Él y también puede usarlo para que ayudemos a los demás. Algunos de nosotros hemos estado sufriendo. Hemos perdido un trabajo, hemos perdido a un ser querido, hemos perdido un sueño y nuestro corazón puede estar roto.
Aquí está la clave para salir de nuestro dolor e imitar el amor de Cristo: la clave para superar nuestro dolor es reorientarlo. Si seguimos centrándonos sólo en nosotros mismos, nos estaremos volviendo esclavos de nuestro dolor. El dolor es algo bueno, no deberíamos tratar de evitarlo o de huir de él. La Biblia dice: “Dichosos los que lloran." Vale la pena enfrentar el dolor y saber que en medio de él podemos llegar a amar como Cristo lo hizo.
Mientras sufrimos, podemos ver a nuestro alrededor y decir: ¿Hay alguien más en duelo, alguien que está en una situación peor que la mía? Sí, yo perdí mi trabajo, pero ¿quién está peor que yo? Sí, yo estoy sufriendo, pero ¿quién está en más dolor que yo? Sí, yo estoy pasando por una dificultad relacional, pero ¿quién está en peor dificultad relacional qué yo? Usted ve a su alrededor y busca formas de enfocarse. Así aprendo a ver el dolor de los demás, incluso cuando estoy en dolor. Es así como aprenderemos a imitar el amor de Cristo.
Evidenciamos el amor de Cristo cuando suplimos las necesidades de otros. Si voy a aprender a amar como Jesús, debo de satisfacer las necesidades de otros, incluso cuando las mías no hayan sido suplido. Jesús tuvo enormes necesidades emocionales y espirituales, aun colgado en la Cruz sus necesidades no fueron suplidas, pero él se aseguró de que las necesidades de otros fueran suplidas. Es interesante que Jesús colgado en la Cruz no dijera: "¡Lo siento! Mi dolor es demasiado grande. Yo no puedo ayudarles con su dolor." Jesús no dice: "Les pido perdón, pero mi propósito es demasiado importante. Yo no puedo ayudarles con su dolor."
La tarea más importante, el trabajo más importante, la asignación más importante, el objetivo más importante en la historia fue lo que Jesús estaba haciendo en el momento de la cruz: Él estaba pagando por los pecados de la humanidad. No hay nada que nosotros podamos hacer que sea más importante de lo que hizo Jesús en la Cruz. Él tuvo la tarea más importante en la historia; sin embargo, siempre se dio tiempo para pensar en las necesidades de los demás.
Si decimos: "Tengo seis meses para cerrar este negocio, así que no voy a poder prestar mucha atención a mis hijos y mi esposa." Ese es un mal negocio porque Dios no nos puso en la tierra para cerrar negocios. Nos puso en la tierra primero, para que aprendamos a amar. No hay nada que podamos hacer que nos dé el derecho de ignorar a los necesitados. Nada. No hay nada más importante que morir por los pecados de la humanidad. Sin embargo incluso en eso, Jesús colgado en la cruz ve hacia abajo y dice: “Tengo que cuidar de otros.”
No podemos llegar a creer que nuestros planes son más importantes y que no tenemos tiempo para las relaciones, para aprender a amar como Cristo lo hizo. Si no lo hacemos perderemos la razón de vivir: Aprender a amar como Cristo los hizo. Lo que aprendemos de Jesús es exactamente lo contrario al sistema de valores del mundo. El mundo enseña esto y es una mentira: que entre más importantes creamos ser, o que entre más significativo sea nuestro trabajo, menos tenemos que preocuparnos de las necesidades de las personas a su alrededor.
Jesús dijo: “Si ustedes quieres ser grandes, aprendan a ser siervo de todos”. Imitar a Jesús ese saber que no importa lo importante que sea nuestra tarea, nunca va a ser demasiado importante para no poder ayudar a las personas necesitadas que están junto a nosotros. . PREGUNTAS PARA EL GRUPO. 1. ¿Cuál de las características mencionadas acerca del amor de Dios te impacta más? ¿Por qué? 2. ¿Cómo puede un cristiano estar realmente seguro del amor de Dios por él y por el mundo? 3. ¿Qué es lo más difícil de amar en medio del dolor? 4. ¿Menciona el mayor de los beneficios que encuentres al aprender a imitar o amar como cristo lo hizo? 5. ¿Cómo puedo estar seguro que estoy imitando el amor de Cristo?
Comments