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El Camino de la Confianza _ Pc

  • Foto del escritor: ricardopinzon3128
    ricardopinzon3128
  • 16 mar 2016
  • 9 Min. de lectura

El Camino de la Confianza

Jeremías 17:7-8 (TLA) “7 Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza. 8 Son como árboles plantados junto a la ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están siempre verdes y nunca dejan de producir fruto”.


Hojas Verdes… un Fruto permanente

Dios espera que el hombre dé un paso de FE y CONFÍE en él pues a raiz de la caida no está en la naturaleza del hombre confiar, nuestras experiencias, temores y prejuicios hacen de nosotros seres temerosos y desconfiados. Muchos nunca han tenido un modelo que sea confiable en sus vidas, han sido defraudados por quienes debieron cuidarlos o por aquellos de quienes esperaban amor. Tal vez unos padres ausentes, algún familiar o un ser querido cercano que abusó de su confianza, una relación sentimental que terminó con una gran decepción y desengaño luego de entregarlo todo, o simplemente el haber presenciado esto en otros aun cuando ellos mismos no lo vivieron.


Sin embargo, Dios sigue haciendo el mismo pedido: “CONFÍA”, confía en mí, dice Dios, Yo soy confiable nos repite una y otra vez. A través de Jesús, de lo que la Biblia nos revela, del Espíritu Santo en nuestra vida podemos llegar a descubrir que quienes confían en Dios nunca serán defraudados o avergonzados (Romanos 10:11), pues cada detalle que llegamos a conocer de Dios nos lleva a afirmar que el carácter del Padre es bueno, realmente bueno; que su poder y su amor pueden manejar nuestras vidas; con Dios, absolutamente nada puede “salirse de control”.


Quién escribe este salmo define a quiénes confían en Dios como “Benditos!”; hombres y mujeres que tienen felicidad, que están contentos y satisfechos. Una persona “bendita” es la que trae mucho bienestar, prosperidad y alegría a un lugar. ¿Cuántos de nosotros desearemos ser recordados o llamados de esta manera? Juan es un hombre bendecido, Paola es una mujer bendita, tú y yo podemos ser “Benditos”, podemos disfrutar de felicidad, podemos estar contentos y satisfechos con nuestra vida, podemos ser personas que traigan a un lugar bienestar, prosperidad y alegría.


¿Qué se necesita para ser Benditos? ¡Confiar! Confiar en Dios, en su inmenso amor, justicia y poder. Confiar, llevando vidas que actúen en obediencia a lo que él dice, porque están seguros de que al hacer las cosas a la manera de Dios estarán bien, serán benditos. Confiar a pesar de las circunstancias, a pesar de las emociones confusas y de las dudas que surgen en el camino. Confiar en las promesas que él nos ha dado de Salvación y de una vida con una misión.


Cuando confías actúas, confiar es una acción. En algunas circunstancias confiar esperando en medio de la presión y en otras para caminar en medio de la oposición. Confiar es ir más allá del miedo, del temor. Ese miedo que algunas veces nos paraliza o que otras veces nos hace huir sin medir las consecuencias. Debes decidir hoy poner tu confianza en Dios, al hacerlo podrás superar tus temores, angustias y ansiedad. La mayoría de las personas actúan como resultado del temor: el temor al fracaso, a la soledad, a la crítica, al rechazo. El temor es todo lo contrario a la confianza, si tu vida hoy está controlada por el temor o el miedo, eres presa fácil de las malas decisiones, de las decisiones apresuradas, de la soledad, de la inseguridad, del estrés. Así que para ser esos “árboles frondosos” que tienen siempre hojas verdes y que dan siempre fruto, para ser esos árboles a los que “no les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía”, debemos aprender a confiar y esto implica estar libres del miedo.


El camino de la No-Confianza me lleva a ser un prisionero del miedo.

Cuando hablamos de vencer el temor, nos referimos a poder llevar vidas que no actúen como consecuencia del miedo, del temor. ¿Conoces a alguien que continuamente tome malas decisiones por temor? Tal vez lo has visto iniciar una relación sentimental negativa una y otra vez con las personas equivocadas por el temor a estar sólo; O aquellos que no entiendes como pueden continuar aceptando el maltrato o el permanecer en situaciones que saben que a Dios no le agrada pero que, a pesar de eso, no cambian por temor a no encontrar a nadie más. También podrías pensar en aquel que por temor a ser criticado o rechazado, termine haciendo algo que le desagrada a Dios, solo por agradar a otros. Piensa en alguien que por temor a no cumplir con la expectativa de otros es capaz de mentir o negociar sus principios. Puedes pensar también en aquella persona que decide aceptar la propuesta equivocada porque según él o ella le dará una mejor estabilidad económica, familiar o sentimental. Si se te hizo fácil pensar en otros, te pido que pienses en la persona que ves al espejo cada día. ¿Si evalúas tu vida hoy con sinceridad, que resultado tendrías? ¿A pesar de haber conocido de Dios sigues pensando, hablando y actuando como resultado del temor? ¿Es tu vida hoy el resultado de decisiones que tomaste por falta de confianza en Dios?


Volvamos al principio.

Permíteme explicar algunas cosas aquí al puro comienzo. Primero que todo, nunca debemos decir “haría cualquier cosa para vencer el miedo”. Más bien nuestra actitud debe ser “haré cualquier cosa que Dios quiere que haga”. Hay personas que harían literalmente cualquier cosa para librarse de sus temores. Es por eso que se mudan de casa, cambian de trabajos, o se encierran para no ver a nadie. Pero ninguna de estas cosas es aceptable ante Dios, porque no toman en cuenta a Dios ni su voluntad. De hecho, el resultado es que sus miedos aumentan sencillamente porque su actitud es moldeada por el miedo y dominada por el miedo. Una persona que actúa con base en disposiciones formadas por el miedo ¡nunca puede conquistar el miedo! La persona que dice que “haría cualquier cosa” ya se ha rendido al temor mientras habla. Hablar de esta forma es pensar de esta forma. Y pensar así es pensar con miedo, y así aumentarán los temores.


Pero hay algo más importante, y esto es el hecho de que Dios quiere que tú lo busques para agradarle a Él en primer lugar. Debes pensar en tu problema de miedo en un segundo lugar. Es por esto que Jesús, cuando habló de las preocupaciones (una forma del temor) en Mateo 6:33 dijo, “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia”. Si nosotros colocamos cualquier cosa antes de su reino, aún el deseo de quitarnos aquel temor horrible, descubriremos que no alcanzamos ni el uno ni el otro. Dios no tomará el segundo lugar en nuestra vida –ni siquiera detrás de un legítimo deseo de estar libre de los temores–.


¿Entiendes que todo lo que tú has intentado hasta hoy, ha fallado? ¿Puedes entender tu error de no buscar a Dios, el Dios que te hizo y que te conoce mejor que tú mismo, y que este es el error más grande de todos? ¿No crees que carece de sentido ignorar al Único que puede alejar todo miedo ilegítimo? Ahora bien, no olvides que no debes volverte a Dios sólo para deshacerte de tus temores. Debes acercarte a Dios primeramente buscando un lugar en su reino, ese lugar que se les da a quienes han adquirido su justicia. “¿Cómo puedo obtener eso?” tal vez preguntas. Nota que Jesús dijo, “Buscad”. Tú puedes buscar el perdón de tus pecados y una ciudadanía en el reino celestial. “¿Cómo?” preguntas. Por medio de Jesucristo, quien vino a morir por los pecadores culpables. En lugar de enviarlos al infierno, Cristo tomó sobre sí mismo la culpa y el castigo por los pecados de todo su pueblo. Murió en su lugar, llevando el infierno por ellos, por así decirlo.


Los que confían en su Salvador, es decir, los que creen que él murió y resucitó por ellos, no sólo reciben el perdón de sus pecados, sino que Dios les promete que su fe les es contada por justicia. La perfecta justicia de Jesucristo es acreditada a ellos, de la misma manera que su pecado fue impuesto sobre Jesús en la cruz. “No puede ser tan fácil”, me dices. O tal vez me dices “Ya soy cristiano, pero todavía estoy atrapado en el miedo. La salvación no me ha librado de mis temores”. Tampoco dije que lo haría. De hecho, lo que se estaba enfatizando es que, si tú aún no conoces a Cristo el Salvador, tienes que comenzar con ese problema primero. Después dijimos que aun cuando conocemos a Cristo, la primera meta de nuestra vida tiene que ser agradarle a él, no perder el miedo. Solamente cuando estas dos cosas se han atendido puede alguien estar preparado para considerar la única solución para los temores.


El camino de la confianza es un Camino de Amor.

Entonces, asumamos que no sólo has confiado en Jesucristo para la salvación, sino que también quieres hacer todo para agradarle a él. No estás buscando simplemente quitarte los miedos, sino que también estás realmente dispuesto a obedecer a Jesús. Ahora, ¿qué debes hacer? La respuesta es sencilla: Debes practicar acciones de amor que Dios manda a pesar de tus temores. El amor genuino de te llena de confianza para superar tus temores.

El miedo toma muchas formas, pero cuando los temores nos debilitan tanto que no servimos a Cristo como debemos, entonces los talentos, oportunidades y herramientas que Dios nos dio NO son empleados para él, y esto es pecado. Hay que arrancarlo. Debes identificar las fallas que cometes al no amar (confiar) a Dios y al prójimo por causa del temor y la desconfianza.


Ahora bien, debes reconocer que al identificar las fallas de cumplir tu responsabilidad de amar estás poniendo tu dedo en la respuesta al problema del miedo o la falta de confianza. Dios nos asegura que hay una fuerza mayor que el temor, y esta es el amor. La Biblia dice, “El perfecto amor echa fuera el temor (o la desconfianza)” (1 Juan 4:18). El amor es más poderoso que el temor y tiene la fuerza para echar fuera el temor. Estas son las buenas nuevas que necesitas oír. “Está bien”, dices. “Pero ¿cómo me ayuda el saber esto? Todavía no entiendo”.


Considera lo siguiente. Una mujer que normalmente tiene miedo a los ratones, cuando está ante un animal salvaje, se coloca entre el animal y su hijo por amor. Un soldado en el campo de batalla que es conocido como una persona tímida (y tal vez aún cobarde) arriesga su vida en la guerra para rescatar a un compañero por amor. El amor es la fuerza que vence el temor. Si las personas que no conocen a Dios pueden manifestar estas formas imperfectas del amor, ¡seguramente Dios te va a ayudar más porque te ha dado su Espíritu Santo para ayudarte plenamente a conquistar el temor! De hecho, el apóstol Pablo le escribió a Timoteo (quien aparentemente tenía algunos problemas con el temor), “Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor, y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7).


Vi una vez una placa en la pared que decía, “El temor de Dios es el único temor capaz de sacar a todos los demás”. Los que temen a Dios lo suficiente como para tomar su Palabra en serio, encuentran que este temor de Dios se transforma en confianza mutua. El enemigo de todos los miedos es el amor, amor a Dios y amor a nuestro prójimo. Entonces, la manera de echar fuera el temor y llenarse de confianza, es vestirse de amor, pues el verdadero amor no puede existir en ausencia de la confianza. No existe otra fuerza tan poderosa para echar fuera el temor como lo es el amor derramado en nuestro corazón por el Espíritu de Dios.


En conclusión.

El camino de la confianza nos llevará directamente al destino de la Salvación al poner nuestra FE en Jesús y confiar en Él para nuestra seguridad eterna. El camino de la confianza también nos llevará a una vida llena de amor por Dios y por nuestro prójimo y será ese amor el que nos permita superar nuestros temores y miedos. Si llenas hoy tu corazón de confianza podrás vivir los planes que Dios tiene para ti, dejarás de arriesgar tu vida con decisiones incorrectas a causa del temor. Decide confiar tu vida en Dios, depositarte en él. Deja en el pasado las malas decisiones a causa del temor y dale la bienvenida a una vida arriesgada y emocionante a causa de la Confianza en Dios.


Preguntas Para El Grupo.

1. ¿Puedes recordar y mencionar alguna situación difícil en la cual hayas aprendido a confiar en Dios?

2. Puedes mencionarle al grupo alguna pequeña mala decisión que hayas tomado a causa del temor y luego te diste cuenta. ¿Qué le dirías a alguien para evitar que tomara malas decisiones por temor?

3. Si ya sucedió en tu vida, comenta con el grupo alguna afirmación mental que te haya llevado a confiar en Jesús para salvación.

4. Confiar plenamente en Dios te llevara a amarlo cada día más. ¿Cuáles acciones de amor son frecuentemente interrumpidas a causa del temor o la desconfianza?



 
 
 

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